Stefanos Tsitsipas y su padre Apóstolos han sido el centro de atención en el circuito. Sin embargo, su relación como tenista y entrenador no está en su mejor momento. El griego, número 11 del mundo, continúa luchando por encontrar estabilidad en esta temporada. Después de un buen comienzo en tierra batida con victorias en Montecarlo y finalista en el Conde de Godó, Tsitsipas ha tenido dificultades, cayendo en cuartos de final de Roland Garros ante Alcaraz, en segunda ronda de Wimbledon y nuevamente en cuartos de los Juegos Olímpicos.
Esta mala racha se ha prolongado en el Masters 1000 de Montreal, donde Tsitsipas fue superado en su debut por el japonés Kei Nishikori, quien no conseguía una victoria en un gran torneo desde Indian Wells en 2021. El griego se mostró afectado por la derrota, incapaz de vencer a Nishikori por 6-4, 6-4.
«Sentía que mi bola estaba muerta. Mi bola no era lo suficientemente pesada como para destacar, cuando presionaba con mi derecha no iba a ningún lado. Por tanto, ha llegado una derrota decepcionante», confesó Tsitsipas después de cambiar su cordaje de raqueta esa misma semana.
En medio de su enfado, el tenista también culpó a su padre por su actuación, llegando incluso a sacarlo de la primera fila durante el partido. Tsitsipas se presentó ante los medios después del juego y cargó fuertemente contra su padre, expresando que llevaba «cuatro o cinco días quejándome de esto a mi entrenador (Apostolos, su padre). Ese es el motivo por el que he tenido una discusión con él durante el partido. No estoy acostumbrado a algo así, pero un partido de Masters 1000 es muy importante para mí: necesito y me merezco un entrenador que me escuche y esté atento a mi feedback como jugador. Mi padre no ha sido muy inteligente manejando estas situaciones, y no es la primera vez que le pasa. Estoy muy decepcionado con él», añadió el tenista.
«En este momento, no sé si debería considerar hacer algunos cambios, pero estoy muy decepcionado. Lo más importante para un jugador es recibir información correcta y concisa de su entrenador. El entrenador no es quien usa la raqueta, el jugador es quien intenta ejecutar un plan de partido. Es un trabajo colaborativo en el que ambos deben aportar. Debe ser recíproco si quiero desarrollar mi tenis. No quiero quedarme estancado en este aspecto», sentenció.
Con estas palabras, Tsitsipas deja claro que la situación con su padre como entrenador no es la ideal y que está considerando posibles cambios en su equipo técnico para poder volver a la senda del triunfo en el circuito ATP.