Una de las grandes leyendas del tenis, Andy Murray, se despidió del circuito profesional de la ATP en los Juegos Olímpicos de París 2024. Tras una titánica batalla contra las lesiones, el ex número uno del mundo y campeón de tres Grand Slams decidió poner fin a su brillante carrera.
Murray sufrió una dura lesión en la espalda que lo obligó a someterse a una cirugía, lo que le impidió recuperarse a tiempo para competir en individuales nuevamente. Integrante del mítico cuarteto junto a Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, el británico también se coronó con dos medallas olímpicas, hazañas históricas que pusieron fin a la sequía de 77 años sin campeones británicos en Wimbledon.
Sobre su retirada, su esposa, Kim Sears, compartió sus emociones y pensamientos. En una entrevista con The Telegraph, Sears reveló que Murray se ve jugando al tenis con sus hijos en el futuro, pero por el momento no están interesados. Además, confesó lo estresante que fueron los últimos años para el escocés, y la dificultad que le resultaba verlo jugar.
«Definitivamente está en paz con la idea del retiro. Le vi durante la entrevista de Wimbledon haciéndose a la idea en ese momento en su cabeza. Se ve jugando al tenis con sus hijos, pero por ahora no les interesa», expresó Sears con respecto a los planes futuros de Murray.
«Ahora me cuesta mucho ver jugar a Andy. Creo que probablemente por ser madre y tener otras cuatro personitas de las que preocuparme, me resulta increíblemente estresante. Nunca he visto a nadie enfrentarse a un reto como él», añadió.
Por último, Sears destacó la intensidad con la que Murray afrontaba los partidos, lo que para él podía resultar emocionante y adictivo para el público, pero para quienes están cerca de él era insoportable. Su retirada marca el fin de una era en el tenis, y deja un legado imborrable en la historia del deporte blanco.