El emblemático ex número uno del mundo, Andy Murray, decidió poner fin a su exitosa carrera en el campo de batalla del tenis profesional durante los Juegos Olímpicos de París 2024. Este jugador, que formó parte del olimpo de los «Cuatro Fantásticos» junto a Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, dejó una huella imborrable en una época dorada del tenis, conquistando tres títulos de Grand Slam, dos preseas olímpicas de oro y alcanzando la cima del ranking mundial.
Tras su retiro, el escocés nativo de Dunblane compartió sus reflexiones en una entrevista con la BBC Radio, donde confesó que la vida post-tenis ha resultado ser una agradable sorpresa: «Desde que dejé de jugar me siento realmente libre y tengo mucho tiempo para hacer lo que quiera. Puedo dedicar tiempo a mis hijos y disfrutar de la libertad de jugar al golf o ir al gimnasio en mis propios términos», reveló Murray.
El experimentado tenista, de 37 años, quien atravesó una carrera de 19 temporadas marcada por lesiones y complicadas operaciones de cadera, también habló sobre los desafíos sentimentales que enfrentó al separarse de su familia durante sus largas travesías por el circuito ATP: «Lo que siempre me resultó difícil en los últimos años fue que siempre había un sentimiento de culpa asociado con lo que estaba haciendo. Si tuviera que irme de viaje por tres o cuatro semanas, me sentiría culpable por dejar a mis hijos en casa o estar lejos de mi esposa con ellos durante mucho tiempo, por lo que extrañar a los niños me resultaba difícil. Pero si estaba en casa con los niños, corría y pasaba mucho tiempo de pie después del entrenamiento», confesó el venerado Murray.
En resumen, la retirada de este grande del tenis ha abierto nuevas puertas y caminos para Andy Murray, quien ahora disfruta de una libertad anhelada y de un tiempo invaluable con sus seres queridos. Su legado en las canchas seguirá resonando en la memoria de los aficionados al tenis por generaciones venideras.