El legendario Rafael Nadal, con 22 Grand Slams en su haber, se encuentra en las últimas etapas de su carrera tenística y se prepara para participar en las Finales de la Copa Davis en Málaga del 19 al 24 de noviembre. Este evento representa un escenario perfecto para despedirse oficialmente de la actividad profesional, defendiendo los colores de su país y rodeado de su amada gente.
Recientemente, el campeón de 14 Roland Garros participó en la exhibición «Six Kings Slams», donde tuvo la oportunidad de elogiar a su joven compatriota, Carlos Alcaraz, y compartir hermosas palabras sobre la influencia positiva de su hijo, quien lo acompañó en esta ocasión.
«Creo que será muy bueno, sí. Carlos ha jugado muy bien, ya viene haciéndolo fantástico en los últimos años, siendo mejor y mejor», confesó Nadal, destacando el talento y la promesa que ve en el joven tenista. «Siendo del mismo país, en el mundo del tenis y ganando muchos partidos, mucha gente me decía que alguien muy bueno venía en camino. No tuve la oportunidad de verle jugar hasta que entrené con él en Australia, en 2021. Aunque era todavía muy joven, ves cosas que no tienen los demás, ahora se puede ver. Creo que no necesita muchos consejos. Ya ha demostrado que tiene un gran equipo y una gran familia. Podemos ver que evoluciona en todos los aspectos. Le va a ir muy bien así, estaré preparado siempre que quiera llamarme», agregó el zurdo de 38 años.
El número uno del ranking con 92 títulos profesionales también reflexionó sobre cómo ha sido su experiencia como jugador profesional en estos últimos años, en compañía de su hijo. «No creo que yo haya sido tan bueno, porque desde que mi hijo nació, he perdido más que ganado. Al mismo tiempo, tenerle me ha ayudado en los momentos complicados de estos últimos dos años, se porta bien, así que estoy muy feliz por ello», destacó Rafael Nadal.
Con su habilidad en la pista y su sabiduría en el deporte, Nadal continúa siendo una figura influyente en el mundo del tenis, preparándose para dejar un legado imborrable cuando decida colgar la raqueta de forma definitiva.